Tradicionalmente el yoga persigue la cultura del desapego. Significa que las cosas que nos rodean en nuestra vida no debemos considerarlas como nuestras, no deberíamos “apegarnos” a nada, ni material ni sentimental: tu casa, tu coche o tus hijos no son tuyos.
El yoga te dice que todo lo que te rodea en la vida lo debes tomar como si fueran regalos y disfrutarlos con ilusión y alegría ya que ahora los tienes, pero debemos ser conscientes que puede que no estén y que no podamos disfrutarlos en el futuro. De esta forma se reduce la angustia por “el no tener” desaparece el sentimiento de “pérdida”. Nos pasamos la vida buscando, pero no necesitamos buscar! al revés lo importante ya lo tenemos; nuestra respiración, nuestra alma y el cuerpo que lo sustenta.
Está claro que hay muchos casos de personas con depresión y ansiedad que consiguen salir adelante y les ayuda mucho el yoga. Esto es porque aprenden a enfocar su mente y llegan a controlar esos sentimientos negativos… también porque al trabajar tanto su cuerpo con las posturas, aprenden a quererlo y por primera vez la persona se enamora de sí misma.
Hay muchos testimonios de personas con depresión y ataques de ansiedad que han salido adelante con ayuda del yoga. Con una perspectiva yogui, no importa lo que haces, lo que importa es cómo lo haces. La actitud yoguica se basa en una buena sonrisa (incluso cuando practicas una postura que te está costando un poquito), se trata de poner en practica una buena actitud ante los momentos, personas que te encuentras en tu día a día. ¿Por qué no lo pruebas hoy para ver como te sientes? Es gratis!
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